martes, 14 de octubre de 2014

Un ermitaño enojado.

Es muy difícil ser alguien sincero con uno mismo en los tiempos que corren, y sobretodo expresar honestamente una opinión. Muchas veces me veo en la penosa necesidad de callarme, cuando el otro resulta ser por demás insoportable, o lo peor, hostigador. Los insultos no son gran cosa, es mas fácil lidiar con un peyorativo que con un adjetivo que te degrada o directamente te oprime.
Vengo aprendiendo muy trabajosamente el fino “arte” (¿?) de esquivar gente egoísta, creída, con aires de grandeza y ataques de intolerancia terrible, superados de la vida y que el único mérito que tienen es reírse delos demás porque no tienen una gracia ni vida propia, ni motivos para vivir que le llenen el alma, ni mucho menos tolerancia. Y así me termine quedando sola,la verdad que me siento un poco menos expuesta a tener que tratar con gente tanvacía de tacto. Para ellos es simplemente mas fácil ir por el camino de la humillación y la censura que el de escuchar al igual. De ahí proviene el enojo, mi enojo, puntualmente.

¿Cuál será el fin de hacer sentir al otro como una basura o un insensato? ¿Cuáles la “gracia” o el sentido de rebajar al otro cuando el acusador no tiene siquiera sentido común para justificarse?

¿Simplemente no podría cerrar la boca y escucharse un poquito?

Viví rodeada en varias oportunidades de personas que descalificaban todo el tiempo o directamente hacían ver a uno como un bufón. No te tomaban enserio al momento dar una opinión válida de lo que uno formula como su propio parecer, y te hacían quedar como el pobre burro en el rincón, con el bonete al tiempo que dicen “No sabes nada, no opines”.

Digo yo ¿No es legítimo que uno se enoje en semejante situación? Pues bien, yo hoy vivo enojada gracias a eso, hace una vida se podría decir. A la vez que,irónicamente, tengo que agradecer a mi enojo por abrirme los ojos y detectar con qué clase de gente no me quiero relacionar, y lamentablemente el número de pretenciosos con los que lidio en mayor o menor medida cada día, suele ir en aumento.

Es bastante inadecuado que alguien tenga que vivir así todo el tiempo, enojado,pero por lo menos en lo que a mi respecta, lo he encontrado como un escudo eficaz para evitarme problemas todavía mayores: la usura.

Ahora bien ¿Es necesario vivir enojado? ¿No estaría genial un poco mas de sinceridad y rodearse de ella? ¿No sería mas sencillo hablar con total honestidad y escuchar atentamente lo que aquel que está abriendo una parte de su persona tiene para decir?Hasta podría ser incluso constructivo y una gran herramienta de autocrítica. Pero verán, en este mundo de hoy es mucho mas fácil ser vanagloriado por una belleza inocua y vacía como una figura perfecta, o la "machosidad" de llevarse puesto al otro levantando la voz, que la completa integridad humana y la equidad del mero respeto. 

Yo creo que eso enoja a cualquiera ¿no? ¿A vos no?